miércoles, 14 de abril de 2021

El boxeador templario

Quedaron a dos kilómetros de Cantalejo, delante de la ermita románica de la Virgen del Pinar. Curro se presentó disfrazado de caballero templario. Antonia iba vestida con un largo vestido de color amarillo. Siempre había pensado que el amarillo era un color que le daba buena suerte.

-Somos dos locos -le dijo.
-Te quiero -respondió Curro.
-Vas muy rápido.
-Tal vez.

Unos turistas alemanes los interrumpieron. Querían saber si había una fiesta de disfraces.

-¿Es carnaval? -preguntó la señora alemana.
-Falta un mes para el carnaval -la informó Carmen.

El marido de la curiosa alemana empezó a sacarles fotos. Curro se sintió violento. Hubiera querido pegarle un puñetazo, pero se contuvo. Carmen todavía no podía saber de su afición por el boxeo. Le había dicho en el chat que odiaba los deportes violentos.

Yolanda Smith
Escritora Anónima

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