martes, 26 de abril de 2016

Tinte de supermercado

Es como sale mejor, decía. Como mi suegra, mi cuñada tapaba la blancura de sus sienes. Y en las canas tapadas por el tinte barato del supermercado, se vería un negro azulado. Mi cuñada tapó también con la pintura negra el anillo que sobresalía un poco por debajo de la pinza que recogía su pelo en un moño informal. Casi no se veía. Mi suegra le había enseñado a robar cuando se casó con el hermano pequeño de mi marido.

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