sábado, 19 de noviembre de 2022

El beso de la embajadora

La embajadora sujetaba con sus dos manos gordas la cabeza del joven y lo besaba con posesión, sabiéndose dueña de un trozo de carne y huesos llamado Ramón.
Se asomó a la puerta la mujer inglesa de Ramón y llevó las manos a la boca para detener el grito que murió en el silencio de su garganta. ¡Era una cornuda! Entonces empezó a llorar sin escuchar la llamada de sus dos hijas de diez años.
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