domingo, 6 de diciembre de 2020

El artesano que vendía en Amazon

Lo conocí en una discoteca de Murcia. Era un joven con los treinta años próximos, la sonrisa de Profiden y el cabello rubio libre de canas. Me gustó. Bailamos sin tocarnos. Después, me invitó a tomar una copa. Pedí café en la barra del bar. Él pidió lo mismo. Fue cuando me fijé en sus manos de obrero. Posé mi mano sobre la suya. ¿En qué trabajas?, le pregunté. Soy artesano, me contestó. 
Dos días más tarde volvimos a vernos. Me había llamado. Quería enseñarme su taller. Me llevó a una casita móvil al lado de un río. Allí hacía pequeñas joyas que vendía muy bien en Amazon
Esa noche supe que se llamaba Leonardo, como el pintor de la Mona Lisa. Hablaron de él en el telediario. Decían que era el afortunado con el mayor premio de la Euromillones. Lamenté haberle dicho que no estaba enamorada de él.
---------------------
REGALOS DE ARTESANÍA EN AMAZON



miércoles, 14 de octubre de 2020

Denuncias por robo de teléfonos móviles

Era mi nuevo teléfono móvil, le dije al policía que tomaba nota de la demanda por hurto. El hombre, con poco interés en el caso, escribía con la mano izquierda. Tenía el ordenador apagado. Supuse que no sabía utilizarlo. Por el bolsillo de su camisa azul asomaba un viejo Nokia. Comprendí que no le interesara mi desesperación. Por eso le dije que desistía. No iba a denunciar al ladrón. 

El policía rompió el papel, lo tiró en la papelera y me señaló la puerta. La papelera estaba a rebosar de papeles de denuncia.







miércoles, 30 de septiembre de 2020

Tres relatos

TIENE TODO RECOGIDO

Tiene todo recogido. La ropa está ordenada por colores en el armario. En el joyero, una hermosa cajita de oro, guarda su joya más preciada: el anillo de bodas. Y en los cajones del armario, cuidadosamente archivadas por fechas, están las fotos familiares, los documentos del chalé, los talonarios del banco. En la cama, bajo un edredón de algodón barato, duerme Encarna. El calor de la habitación me reconforta. Su pelo es suave y huele a champú infantil. Le coloco un mechón. Ha cambiado poco desde que nos divorciamos. Si no fuera por mi ex esposa que duerme a su lado, le diría que papá está en casa.
----------------------
INVERTIRÍA EN ORO
Invertiría en oro, decidió. Comprar un piso para alquilar era una inversión arriesgada. Prefería comprar una joya y otra y otra. Las joyas siempre se venden bien. Además, no hay que declarar a Hacienda la cantidad de joyas que tienes en el joyero.

Así inició su carrera de inversionista en oro. Le fue bien. Compraba joyas a amigas en apuros y las vendía en su página web. Ni un euro le pagó nunca a Hacienda. Era una evasora fiscal. Para algo su tienda online tenía sede en Mónaco. Por eso tuvo que decirle a Ernesto que no lo quería: su pretendiente era inspector de Hacienda.
-------------------------
ERA UNA PULSERA DE ORO
Era una pulsera de oro. La probó. Le quedaba muy ostentosa y algo floja en la muñeca. Sin pensarlo, la guardó en el bolso. Cuando salía de los servicios de la cafetería entraba una mujer joven gritando que había perdido la pulsera. Preguntaba si habían visto la joya. Nadie le hacía mucho caso. La joven iba despeinada y olía a sudor.

La volvió a ver esa noche. Ahora estaba bien peinada y su olor corporal había desaparecido. A su lado se sentaba su vecino. Comprendió que no debía usar la joya. Sería mejor venderla
---------------------

lunes, 14 de septiembre de 2020

Bailar pegados

Bailar pegados no es bailar cantaba Sergio Dalma. Mi compañera de piso dejaba que la canción se oyera en toda la vivienda. Era su manera de decirnos que volvía a estar enamorada. Lola gritó desde la cocina que bajara la voz del tocadiscos viejo que nos había dejado la casera. Abrí la puerta para decirle que le hiciera caso, por favor, porque Lola siempre fue agresiva.

Mi compañera de piso sonrió, y se tocó la barriga. Estoy embarazada, dijo bajito. Me pidió que no se lo dijera a Lola. Lo comprendí cuando la vi al día siguiente en el bar con el hermano de nuestra vieja amiga.

---------------------


Libre de virus. www.avg.com

viernes, 4 de septiembre de 2020

La viuda no llora

Era viuda. Se miró al espejo sin llorar. Vio a una mujer que estaba envejeciendo. No podía negar sus cincuenta años recién cumplidos. Acarició su cara en el cristal del espejo, sintiendo lástima de sí misma.

Cuando saliera se encontraría con una cola de amigos esperando para darle el pésame. Le hablarían de Jorge, de sus bromas, de las mil anécdotas que recordaban, le pediría que fuera fuerte, le dirían que pensara en sus hijas.

Sus hijas todavía no sabían que eran huérfanas. Se lo iba a decir su suegro. Les diría que papá las quiso mucho, pero se fue, así, de repente. Y les enseñaría el periódico donde venía la esquela, tras arrancar la página que recogía el accidente en la lancha motora. Recordó el titular: el prestigioso científico Jorge Villahermosa muere tras chocar su lancha con un delfín en la playa. El delfín había resultado herido.

Yolanda Smith
Escritora Anónima


martes, 21 de julio de 2020

Matatrimonio de empresarios

Su sueño estaba roto. Ponía punto final a su carrera de empresario bajando la persiana de su pequeño negocio por última vez. Sus números eran números de un perdedor.
 Su mujer, en cambio, triunfaba vendiendo joyas puerta a puerta. Cada día ganaba más. La vio cruzando la calle rodeada por un grupo de turistas rusos. Eladia movía las manos para explicar un parloteo que sus potenciales compradores no comprendían.​
 -Oro de cien quilates -decía, y le ponía una pulsera a una vieja gorda.​
 -¡Cómo pesa! -murmuraba la mujer.​
 -Mucho oro -explicaba Eladia.​
 Paco se sintió ridículo. Su esposa estaba vendiendo hierro pintado por oro. Peor se sintió cuando, en casa, le tuvo que explicar el fracaso de su tienda de muebles.​
 -No vendí ni una silla.​
 -¿Cómo ibas a vender si le decías a la gente que tus muebles no duraban más de siete años?​
-----------------------​
Yolanda Smith​
Escritora Anónima​


Libre de virus. www.avg.com

martes, 12 de mayo de 2020

Sus mundos



El próximo favor se lo pido a Santa Rita le dijo al médico.

-Pues pídaselo, señora. De momento, nadie ha inventado la vacuna de la vida eterna. Recuerde que tiene usted noventa y cinco años.

La anciana se cruzó de brazos. Su mundo se iba a acabar. Se consoló pensando que el mundo se iba a acabar para todos gracias al cambio climático.

----------------------

Yolanda Smith
Escritor


Libre de virus. www.avg.com

domingo, 23 de febrero de 2020

Naufragios famosos

​ Naufragó en el año 1547 y volvió a naufragar en el 2.017. Es lo que pasa cuando vives tantos años: tienes tiempo a hundir un barco en la ría de Ribadeo y a perder la tabla de surf en la misma ría.

 Lo mejor del segundo naufragio fue encontrar un par de lingotes de oro. Le vinieron bien para llegar a fin de mes.

 La empleada de la tienda de Compro oro no dijo nada cuando retiró los trozos de algas de los lingotes.

----------------------


jueves, 13 de febrero de 2020

Niños Cantores

​Ahora ya vestido parece que quiere creerlo. Sí, marchamos para Honduras, un país que sólo conocemos por el maps de Google, pero no mucho. No quise que viera lo peor de Honduras. Sólo le enseñé fotos de los edificios más bonitos de Honduras: los hoteles. Le encantaron las habitaciones de lo que se supone que será nuestro pisito. Nada que ver con este viejo piso que nos alquilan por mil euros al mes en Ibiza porque le damos pena a la casera. Una madre soltera siempre dio pena y seguirá dando pena. Pero dejaré de ser la pobre madre soltera cuando este niño mío que acabo de vestir con su mejor ropa gane el concurso de Niños Cantores en Honduras.

---------------------------

lunes, 27 de enero de 2020

Un ladrón recién salido de la cárcel

​ La abuela había dejado al abuelo. Nadie hablaba del abuelo. Mamá me dijo un día antes de que apareciera aquel hombre vestido con traje de sastre que su padre era rico, muy rico.

 -No te imaginas lo rico que es el abuelo, hija.
 -¿Sale en la lista Forbes? -le pregunté, interesada.
 -Sí, cariño. Estuvo en los primeros puestos. Pero hace tiempo. En el Forbes actual no está. Tú ya lo entenderás, hija.

 Lo entendí cuando lo vi. Lo conocía de toda la vida. El abuelo llegó a nuestro hogar con el disfraz de Al Capone. La abuela le dijo otra vez que se fuera. No quería en su casa a un ladrón recién salido de la cárcel.

---------------

domingo, 5 de enero de 2020

Borrachera de anís

​ El anís fue culpable. Tiritaba. Pasó toda la mañana tiritando. Don Anselmo miraba su cara sin afeitar en el espejo del tocador de su esposa. Seguía colorado. Menos mal que la esposa dormía. Doña Anita nunca entendía al marido. No le cabía en la cabeza que don Anselmo bebiera en la cofradía de la Virgen de las Angustias.

 Don Anselmo regresó a la cama. Entre la Virgen de las Angustias y su esposa acabaría muerto. Seguía tiritando. Se abrazó a la almohada, angustiado, avergonzado, deprimido. Era un mal marido, un mal padre, un mal abuelo, un peor suegro. Se lo había dicho su nuera, la otra Anita, la mujer que abandonó a Anselmito y se fue con el preso que había liberado la Cofradía. Lloró un poco. Su esposa despertó.

 -¡Otra vez borracho!
 -Perdona, Anita.
 -No llores, cabrón.

 Su Anita levantó de la cama sus noventa kilos. Don Anselmo quedó dormido cuando escuchó el ruido del aspirador por el suelo del pasillo.

----------------