martes, 6 de diciembre de 2016

La habitación cerrada

El otro hombre o mujer siempre muerto salía de la habitación cerrada cuando la niñera le leía el cuento de Caperucita Roja. Hoy era una mujer: la abuelita, pensó. Ayer había sido el lobo. Lo supo al no ver a nadie llorando por él detrás del ataúd adornado con un Cristo agonizante.


-----------------

http://artigoo.com/adelgazar-piperina-efecto


artigoo.com
¿Te preocupa el efecto yo yo tras estar varios meses apuntada a una dieta de adelgazamiento que te ha dado resultado? El efecto yo yo se ha acabado para las qu


domingo, 18 de septiembre de 2016

El Dios Universitario

 Carlos Sin empezó a utilizar twitter cuando se matriculó en Química. Resumía sus peripecias universitarias en 140 caracteres. Pronto tuvo éxito. Había mucha gente interesada en sus opiniones sobre profesores y compañeros, sobre todo en los tuits en los que hablaba de los desnudos del profesor de matemáticas.

 Nunca escribía sobre él. Tampoco había mucho que contar. Carlos Sin no era rico. Vivía en un pequeño apartamento de treinta metros cuadrados que compartía con sus padres, tres perros y su pequeña sobrina que su hermano y su cuñada habían dejado con ellos cuando quedaron sin trabajo. Carlos Sin estaba convencido de que algún día iba a ser rico y famoso. Tal vez lo consiguiera con twitter el día que le pusiera cara al Dios Universitario.

 Lamentablemente, no fue él quien se puso cara sino los periodistas, cuando saltó la noticia de que un joven bailaba desnudo delante de la Puerta de Alcalá. Era el Dios Universitario, decían los periódicos.




http://artigoo.com/emprendedores-low-cost


artigoo.com
'No hace falta tener mucho dinero para lanzarte a la apasionante aventura del emprendimiento. Hay muchos emprendedores low cost que triunfan con sus negocios má' /


sábado, 10 de septiembre de 2016

La abuela se va a una Residencia de Ancianos

La abuela era rica. Nos lo dijo un día antes de ingresar en la Residencia El Retiro y también nos dijo que no nos dejarían nada.


 -Mi herencia es para los hermanos Escolapios. Quiero que recen por mí.


 Respiramos aliviados. Papá no quería hacerse cargo de los perros de la abuela y mamá no quería rezar por ella. Yo me había librado de acompañarla a la misa los domingos. Podría dormir hasta las dos de la tarde, cuando el olor a tortilla de patatas me despertara y mi estómago dijera que era la hora de comer.


 -Tampoco quiero que vengáis a la Residencia. Quiero dar pena.


 La abuela marchó con una única maleta. Siempre había sido una mujer muy práctica.


-------------------

http://artigoo.com/huertos-terraza 

artigoo.com
'Cuando no te sobra el dinero, debes echarle imaginación a la vida para llegar a final de mes comiendo todos los días. Yo soy de las que come muchas veces grac' /


jueves, 19 de mayo de 2016

Mizuki Tanaka

En esa casa no vive Mizuki Tanaka desde que fue a Roma a pedir perdón al Papa Francisco por ser un poco ladrón. No regresó. El Papa no entiende su pecado y no le impone penitencia. Mizuki insiste. Su pecado, le dice, es ser un hombre con inversiones en Panamá y Suiza. El dinero procede de la hucha cerdito de su nieta.

------------------

En esa casa no vive Mizuki Tanaka, pero han encontrado a su gato. Creo que van a dejarlo en la nevera con nata para acompañar las fresas de la cena. No tienen otra comida.

Ayer comieron croquetas descongeladas en el radiador de la sala. Anteayer se repartieron el canario. No sé qué comerán mañana. Tal vez la lagartija que se cuela en la casa por debajo de la puerta cuando el cartero deja las cartas.

No fue buena idea abandonar la residencia de ancianos. Allí tenían comida gratis.

----------------------------

jueves, 5 de mayo de 2016

Chorreando agua

 Mi amiga regaba las plantas siempre de noche. Decía que no quería que la vieran con la manguera en la mano. Los vecinos pensarían que su marido la había dejado porque Paco era el encargado de regar las plantas trepadoras que se encaramaban al portal de la finca. Un día el chorro de la manguera mojó a su vecino, un cincuentón que había salido a fumar delante del portal de su casa.  El hombre insultó al marido de mi amiga. Ella calló. El vecino regresó a su casa bien mojado. Nunca supo que era mi amiga la que lo había dejado empapado, Ni siquiera cuando salió en los periódicos la noticia de que el marido de mi amiga Olga había sido detenido por blanqueo de dinero.

----------------------------

miércoles, 4 de mayo de 2016

Mi amante payaso

Mi amante payaso cambió por un extraño suceso que había ocurrido en la casa de  de sus clientes más fieles. Entró en el cuarto de baño y se transformó en cantante de jazz. Lo escuché cantar atónita. No lo hacía mal. Me sonrió. Nunca lo había visto tan feliz. Al día siguiente regresó a la casa de sus mejores clientes, pero no hizo reír a sus hijos. Los niños empezaron a llorar cuando oyeron cantar al payaso que más gracia les había hecho.

-----------------

martes, 26 de abril de 2016

Tinte de supermercado

Es como sale mejor, decía. Como mi suegra, mi cuñada tapaba la blancura de sus sienes. Y en las canas tapadas por el tinte barato del supermercado, se vería un negro azulado. Mi cuñada tapó también con la pintura negra el anillo que sobresalía un poco por debajo de la pinza que recogía su pelo en un moño informal. Casi no se veía. Mi suegra le había enseñado a robar cuando se casó con el hermano pequeño de mi marido.

------------------

miércoles, 24 de febrero de 2016

La canción de las cien palabras

Serán solo cien palabras, le dijo, y empezó a cantarle la canción más larga que había cantado nunca una cantante en el teatro Bella Gardenia. Supo que le había gustado cuando quitó el pantalón y quedó en pijama para bailar a su lado. La vida era tan bella como un cuento de hadas en el que una cenicienta escapa de sus zapatos. El director del teatro intentó besarla, pero no pudo escalar tanta distancia como pusieron sus ojos al ver tan cerca sus labios.

----------------

miércoles, 17 de febrero de 2016

La Venus

 Cada vez que le hablaba del último sobre rechazado pensaba en la Venus que había visto en la tienda de antigüedades. Con un solo sobre podría comprarla.

 La Venus era obra de un escultor famoso que no conocía. Tampoco conocía a la persona que un día la dejó delante de la puerta de su casa, tal cual, sin envoltorio. La estaba arrastrando por el pasillo cuando Paco salió de la habitación.

 -¿No te dije que no aceptaras nada?
 -Ayúdame a llevarla hasta el salón.

 Paco le dio una patada a la estatua y la Venus ser rompió en dos mitades. De la mitad inferior salió el inspector de Hacienda.

-------------------

martes, 26 de enero de 2016

Un clavo quita otro

Subir de nuevo a la habitación no me apetecía, pero tampoco se lo dije, como no le había dicho nunca que fuera mi amor soñado durante mis noches adolescentes. Paco pensaba que era cierto lo que decían las vecinas que me ponían a parir en el bar mientras fumaban, hasta que las colonias baratas que se echaban dejaban de oler.

Quedé quieta en la puerta de la habitación. Paco seguía haciendo las maletas. Bueno, pensé, si quiere volver, volverá y, si no quiere volver, yo acabaría olvidándolo con otro. ¿No dicen que un clavo quita otro?...

------------------

domingo, 24 de enero de 2016

Robo a mano armada

 Su abrazo era tan fuerte como las rocas del acantilado. Tenía miedo. El desierto siempre la había puesto de los nervios. Se miraron y callaron. La noche empezaba a caer. ¿Dormirían juntos? Ana lo deseaba. Quedaban sólo cinco días para su ingreso en prisión.

 -Tranquila -susurró él a su oído, como si hubiera leído sus pensamientos-. Los niños están a salvo con mi madre.

 Ana asintió. Sus cuatro hijos adoraban a su abuela paterna. Sería ella la que les dijera que una sentencia del Tribunal Supremo había condenado a sus padres por robo a mano armada en el banco que les había quitado el piso.


martes, 19 de enero de 2016

Mis tesoros de Rusia

Subir de nuevo a la habitación no me apetecía. Aparqué mi cuerpo cansado en un sofá del salón y dejé que mi perfume invadiera los rincones donde escondía los tesoros que había traído de Rusia. Me sentí feliz. Recordé como había abierto la caja secreta y habían caído las joyas de oro en mis manos sedientas de tesoros. Recordé, también, como me había probado los pendientes a juego con los diamantes robados a un jeque. Mamá podía sentirse orgullosa de mí. Su hija era la arqueóloga más rica de América.

Mujer Precio

Subir de nuevo a la habitación me daba dolor de cabeza. Seguía en la cama, pensando que lo quería. No sabía que lo único que yo quería eran sus millones entrando en mi cuenta corriente. Lo mío era amor a esos números que vuelven loco al cajero automático cuando lee la libreta. Siempre fui una Mujer Precio. Me gustan las joyas, los euros, los dólares, los yenes, las mansiones. 

Entro en la habitación y lo encuentro llorando. ¿Habrá descubierto que no lo quiero a él?...Me ve y me señala el televisor a la vez que me entrega un boleto de la primitiva.

sábado, 2 de enero de 2016

Las tres payasas


Las tres amigas salieron de la habitación 303 del Hotel Las Vegas dejando la luz encendida. Llevan todavía las caras maquilladas con pintura de circo. Una vez fuera, guardan los trajes del espectáculo privado en tres bolsas de tela iguales. Se besan y se despiden antes de marchar por distintos pasillos de la planta tercera. La sirena de los bomberos anuncia un incendio cerca cuando la más mayor de las tres tira una cerilla encendida en la maceta de los geranios de la entrada. Con un poco de suerte, no tendrán que volver a trabajar para el hombre que quiere un trío de payasas en su cama todas las noches.

----------------------

Un padre que daba miedo

Los niños se escondían en su habitación cuando escuchaban los pasos de su padre en las escaleras de madera del edificio. Venía siempre borracho y solía traer una mancha de carmín en la mejilla derecha. Su padre nunca les pegaba a ellos ni a su madre, pero corría con una escoba detrás de la mascota de la casa, un perro pequeño y asustadizo.Su madre gritaba. Los gritos acababan cuando se cerraba la puerta otra vez y el perro corría escaleras abajo con papá, ya sin la escoba en la mano. Entonces, los niños salían de su habitación y corrían hacia el balcón. Desde allí miraban como papá corría con el perro igual que el vecino del quinto derecha, un hombre joven que siempre corría vestido con chándal.

---------------------