El próximo favor se lo pido a Santa Rita le dijo al médico.
-Pues pídaselo, señora. De momento, nadie ha inventado la vacuna de la vida eterna. Recuerde que tiene usted noventa y cinco años.
La anciana se cruzó de brazos. Su mundo se iba a acabar. Se consoló pensando que el mundo se iba a acabar para todos gracias al cambio climático.
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Yolanda Smith
Escritor