martes, 26 de enero de 2016

Un clavo quita otro

Subir de nuevo a la habitación no me apetecía, pero tampoco se lo dije, como no le había dicho nunca que fuera mi amor soñado durante mis noches adolescentes. Paco pensaba que era cierto lo que decían las vecinas que me ponían a parir en el bar mientras fumaban, hasta que las colonias baratas que se echaban dejaban de oler.

Quedé quieta en la puerta de la habitación. Paco seguía haciendo las maletas. Bueno, pensé, si quiere volver, volverá y, si no quiere volver, yo acabaría olvidándolo con otro. ¿No dicen que un clavo quita otro?...

------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario