miércoles, 23 de diciembre de 2015

El gato de doña Lola

Fue un día de besos y abrazos. Todos los vecinos del barrio tenían un décimo de lotería premiado con el gordo. Doña Lola, la lotera, había metido el gato en una urna porque temía que los eufóricos vecinos se lo mataran con sus achuchones.

El gato aceptó una copa de cava, se comió un polvorón y afiló las uñas en el cristal de la urna. Empezaba a quedarse dormido cuando doña Lola echó el cierre a la administración de lotería. Maulló. La lotera reparó en él y le abrió la urna. El gato fue directo al cajón donde se guardaban los décimos de lotería de Reyes y meó sobre ellos.

----------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario