Contigo en Oporto

Amor:

Nos hemos dejado este año, pero tenía que escribirte un e-mail más. ¿Recuerdas las Navidades pasadas? ¿Recuerdas nuestro viaje a Oporto en tu coche recién estrenado?... ¡Qué felices fuimos, amor mío!

La ciudad de los Aliados se llena de puestos de artesanía, gastronomía y regalos en estas fechas. Yo quería comprarlo todo. Tu reías, y abrías la cartera sacando aquella Visa Oro que lo pagaba todo. Llené el maletero de regalos, los asientos traseros. 

Nunca olvidaré Oporto vestido de luces. Dicen que las luces de Navidad más bonitas son las de Vigo. Yo no las cambio por la iluminación de Oporto, en el país vecino que tanto me gusta.

¿Recuerdas el árbol? Me refiero al árbol de Navidad de más de 30 metros. Todavía guardo la foto que nos sacó aquel señor mayor tan majo debajo del árbol. Éramos un año más jóvenes, un año más felices, un año más ilusionados.

Tampoco olvidaré el video mapping que ilumina la fachada del Ayuntamiento.

Volvamos a Oporto, amor, te lo ruego. Es ideal para combinar compras navideñas con un paseo por la Ribeira y una copa de vino de Oporto. Volvamos a emborracharnos juntos y volvamos a despertar abrazados en el asiento de tu coche rojo.

Te quiero.

Tu nena.

----------------

REGALOS ORIGINALES PARA MUJERES que pueden comprar todos los maridos: https://amzn.to/4q3HvL7 

La chica de las bragas de oro

Eloísa se llamaba la vecina que había llegado de Madrid como venida del cielo. La joven llenó de modernidad el edificio. Por eso unos la odiaban y otros la querían.

Pero en lo que coincidía todo el vecindario era en que Eloísa se ganaba muy bien la vida enseñando sus bragas bordadas con hilo de oro en sus redes sociales. ¡Le llovían los seguidores y el dinero de las marcas!

----------------

LENCERÍA NEGRA DE TALLA ÚNICA: https://amzn.to/4q3GRwm 

La niña que jugaba al monopoly

Elena era una niña que siempre jugaba la monopoly. Empezó a jugar a los 5 años. A los seis era una experta. Con siete años ganó la Competición de niñas y niños capitalistas del Colegio Hijas del Sagrado Corazón de Jesús. A los ocho años abochornó a su familia vendiendo monopolys en un puesto callejero que había montado con su hermana.

Fue cuando su padre quedó en paro. El pobre hombre, albañil de profesión, quedó sin trabajo cuando la construcción se puso en crisis. Elena decidió empezar a trabajar de vendedora por su cuenta.

Tuvo un gran éxito con la venta de juegos de monopolys a los turistas. En A Coruña venían muchos barcos con personas ociosas que no sabían qué hacer en los camarotes. Elena los convencía a pie de trasatlántico que un monopoly era la solución a su aburrimiento.

Hoy Elena tiene una juguetería. Se llama Juguetes Reina del Monopoly. Al fondo de la tienda ha montado una timba ilegal donde las jubiladas y jubilados del barrio de Monelos juegan sus pensiones en partidas de monopoly.

----------------------

COMPRA AQUÍ el nuevo monopoly con caja: https://amzn.to/48Posg7 

----------------------

http://sevende5.blogspot.com/