domingo, 4 de noviembre de 2018

Machos

​ Insultaba al perro y el perro parecía entender los insultos a juzgar por sus ladridos agresivos. Eran dos machos enfrentados por un amor: Alma, la mujer de la casa.

 Alma se había ido de vacaciones sola. Necesitaba descansar, les dijo. Sacar al can a la calle la tenía cansada. Escuchar al hombre era agotador. En Benidorm no conocía a nadie. Podría relajarse rodeada de desconocidos.

 -Si no vuelve es por tu culpa, cabrón.

 Se abrió la puerta. Allí esta Alma.

 -Vengo a recoger el perro -le dijo.

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