viernes, 6 de marzo de 2015

El niño rico

 Nunca lo sacaban a la calle porque su madre temía que los niños del parque le contagiarán alguna enfermedad peor que el sarampión que lo había tenido postrado en la cama durante un mes. De vez en cuando, se le acercaba la cocinera con un plato de pastas de té y le daba una antes de llevárselas a su madre. El niño la aceptaba con una sonrisa. Su madre nunca contaba las pastas. Pensaba que comía las seis que siempre le decía a la cocinera que le llevara a la cama.

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