lunes, 8 de noviembre de 2021

La chica de la camiseta Desigual

Llevaba una semana sin ver a su mujer y a su hija. La cuarentena había sido dura. Quedó solo en el apartamento de Madrid. Rosana le había dejado la nevera llena de yogures. No podía quejarse. Su esposa sabía que se alimentaba de yogures naturales. Era la dieta de moda. Pero se preocupaba por su familia. La nena había echado su primer diente. Lloraba mucho. Una noche tuvo una pesadilla horrible. Aparecía su niña en la puerta gateando. ¿Dónde estaba Rosana? Corría a la ventana y la veía apoyada en su coche. Rosana abrazaba a un hombre. Lo había dejado.

Despertó sudando. La fiebre le hacía delirar. Cerró los ojos y seguía viendo a la chica de la camiseta Desigual. Era supersticioso. Llamó a su abogado para pedir cita. Tenía que adelantarse a la jugada de Rosana. No había durado con ninguna mujer más de dos años.


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