martes, 16 de abril de 2019

Rebeca

Rebeca leyó las cintas de las coronas de flores. Habían pasado diez días y aún estaban las coronas ante la tumba subrayando la certeza de la muerte casi temprana del tío. La hermana, los sobrinos, una residencia, una familia amiga daban nombres a las flores marchitas en sus vidas efímeras. Sobre el conjunto floral volaba el recuerdo de una esquela en la que faltaba el nombre de la otra hermana, de la madre de Rebeca.

 Rebeca sacó del guante la mano derecha y pasó los dedos por la tumba de su madre. Colocó las flores en la jardinera.

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