Una de sus mayores preocupaciones era su hijo. Pablito quería ser sastre. Le decía que podía ganarse la vida vendiendo trajes a medida por las residencias de la tercera edad.
-Tienen a los ancianos mal vestidos, mamá.
-Nunca les comprarán tus trajes.
-Se los regalaré.
-¿Y de qué vivirás?
-De mis vídeos en Youtube.
Pablito confiaba en si mismo. Ella lo veía dibujar viejos
trajeados y sufría. Todos los ancianos tenían la cara del Presidente del Gobierno.
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